El fotógrafo mentiroso

Los fotógrafos son unos mentirosos y nos engañan usando la realidad misma.

¿Es posible? ¿Puede la realidad mentir? Si, y siempre lo hace a través de los ojos de un buen fotógrafo. Puede que algunos quieran hacer pasar su trabajo como la máxima expresión de la verdad y hacernos creer que su visión es un conducto inmaculado que conecta el mundo real con la instantánea, pero ese no es más que el mas difícil de los engaños.

Lo curioso es que no siempre mienten conscientemente. Los verdaderos fotógrafos buscan una realidad interior, examinan su visión del mundo y la hacen palpable. Dan rienda suelta a su creatividad y usan el mundo para darle forma. Así, los retratistas usan a los humanos; los viajeros, usan lo exótico y lejano; los bélicos usan el horror; los sociales usan el momento cultural; los callejeros la espontaneidad; los pictorialistas el teatro; los eróticos usan el sexo; los futuristas usan la técnica; los dadaístas usan la abstracción; los constructivistas usan la ideología; los realistas la pobreza; los subjetivistas usan su individualidad… no hay límite.

Todos ellos usan diversas realidades verdaderas y las manipulan para dar forma y hacer real su propia existencia, la de su propia obra (lo cual es mucho más importante). Despedazan, a su manera, la existencia que nos rodea y la sirven en pequeños bocados digeribles (o no). Si el fotógrafo que miente, disfruta de su realidad, es indiferente, lo sustancial es la expresión final del trabajo.

El fotógrafo mentiroso puede acariciar, golpear, emocionar, sorprender, deslumbrar, ofender, elevar… con sus pequeñas porciones del mundo y es por ello que los mas farsantes, cuentistas y tramposos son los mejores fotógrafos.

La fotografía es un truco de magia, uno espera ser engañado; no hay nada más decepcionante que un artista que deja ver sus hilos.

Juan Pablo de Miguel

Soy un fotógrafo español, nacido en Alicante pero vivo en Madrid. La fotografía es mi manera de entender y relacionarme con el mundo.

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